viernes, 18 de diciembre de 2009

Diciembre

Aquí sigo y es que la verdad ahorita este mes en mi agenda no esta a reventar pero si para decir basta un ratito de tanta fiesta, sin embargo aquí ando dando lata y siguiendo el maraton guadalupe reyes con o sin amor porque la vida esta para disfrutarse.

Eh de decir que me siento afortunado por este año del cual eh aprendido muchas cosas, conocido gente, aprendiendo a caerme en el suelo y levantarme y tratar de no volver a caer; eh tenido gente que me quiere y gente que me odia. Soy especial así como todos lo somos, este año fue muy bueno y malo pues en diversas ocasiones mi mente y mi cuerpo estaban en situaciones muy locas.

Este año eh conocido bastante el sexo mujeres con edad grande mujeres con edad media y otros un poco pequeñas, eh disfrutado lo que es sentir amar en carne viva y se que duele como una maldita herida que se abre y sicatrisa con el paso del tiempo pero que te marca de por vida, al igual eh experimentado con drogas y estoy vareando me hacen sentir único pero también solo sientes que vuelas sientes que todo va a paso lento. Amistad es un termino muy amplio no hay amigos solo gente que en ocasiones te habla por sierto interés aquí o ganas o pierdes; a esto le sumo que conocer a mucha gente te beneficia; sigo ambisionando y sigo por mas así como yo se que la misión en mi vida es pasar ala historia.

Conocer gente leer aprender vivir sentir amar y perdonar separar y unir eso y mucho mas es lo que viene. Cruzadas, el caminar en calles solo en ciudades que no conoces intentando comerme al mundo es mas de lo que busco.

Y para terminar dejo algún poema que leí soné que la ciudad estaba dentro del mas bien muerto de los mares muertos. Era una madrugada de invierno y lloviznaban gotas de silencio. No mas señal viviente, que los ecos de una llamada a misa, en el misterio de una capilla oceánica, a lo lejos de súbito me sales al encuentro, resucitada y con tus guantes negros. Para volar a ti, dio su vuelo a mi esqueleto. Al sujetarme con tus guantes negros me atrajiste al océano de tu seno. Y nuestras cuatro manos se reunieron en medio de tu pecho y mi pecho, como si fueran los cuatro cimientos de la fabrica de universos. Conservas tu carne en cada hueso, el enigma de tu amor se velo entero en la prudencia de tus guantes negros. Mi carne urna de tu ser perfecto, quedaran ya tus huesos en mis huesos y el traje, aquel traje con que su cuerpo fue sepultado en el valle de México, pero en la madrugada de mi sueño, nuestras manos en un circuito eterno la vida apocalíptica vivieron, un fuente ventarrón como en un sueño, libre cometa, y en su vuelo la ceniza del cementerio guste cual rosa entre sus guantes negros.

Armando.

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